La depresión y la ansiedad son signos de lucha, no de debilidad

La mayoría de los seres humanos en alguna ocasión hemos tenido algún problema emocional y no por el hecho de que lo hayamos pedido, simplemente es una situación que se desarrolla por algún problema cotidiano en la vida; ya sea problemas de dinero, de amor, alguna situación en el trabajo o con la familia, no importa en cual circunstancia te encuentres.

Ser una persona ansiosa o depresiva no significa que tengas carácter débil o inferior, tampoco que seas alguien sumamente inestable o que no puedas realizar alguna acción como cualquier persona normal, esto no te incapacita de nada.
Desafortunadamente hoy en día todavía se tiene la falsa idea de que las personas con ese tipo de problemas emocionales son diferentes, débiles y no aptas para muchos tipos de trabajo o para estar en una relación, tal vez no tomamos en cuenta de que la mayoría de las personas en la vida hemos tenido momentos difíciles que nos han llevado a desarrollar distintos tipos de problemas emocionales y es algo normal porque le suele pasar a todas las personas en algún momento de su vida y aunque esto se repita varias veces en distintos momentos, no nos convierte en una persona débil o diferente. 
A veces es bueno escuchar o leer discursos que ayuden a superar la depresión o la ansiedad aunque pensemos que no los necesitamos. Tal vez en su momento sea así, pero quizás en momento crucial de nuestras vidas hasta las palabras de apoyo o motivación más usuales, suelen ser de gran ayuda, por ejemplo: “¡tranquilo, todo pasará!, relájate no es para tanto, empieza a espabilar, los problemas son parte de la vida, no tienes razones para llorar, son formas de madurar ”, entre otras.

¡No ignores el dolor, asúmelo!
Una frase tan cierta que quizás en alguna ocasión  le has dicho a alguien o la has escuchado de alguien, la cual tiene sentido y nos puede ayudar a darle valor e importancia a la situación a la que tal vez no has querido darle tanta importancia pero que si la tiene.
El dolor emocional no debe ocultarse, así como exponemos un dolor de cabeza o estómago, el dolor emocional debe asumirse y tratarse.
Este tipo de problemas emocionales no se arreglan solos ni debemos dejar pasar el tiempo pensando que se solucionarán, siempre existe la necesidad del apoyo de un profesional que encuentre la raíz del problema y poder desterrar todo síntoma generado.
Para tener una vida emocionalmente sana debemos de tener en cuenta que situaciones nos generan conflicto para erradicarlos y llevar una vida sin ansiedad y sin depresión.
La ansiedad, un viaje nefasto en una montaña rusa
La sensación que experimentamos al estar en lo más alto de una montaña rusa, es muy semejante a las sensaciones que padecemos con la ansiedad. Mismas finalizan haciéndonos sentir mal.

Supongamos en nos encontramos en un parque de diversiones, lugar donde se encuentra una gran montaña rusa en la cual decidimos subir, tomando en cuenta que hay muchos factores que nos van a disgustar como por ejemplo esperar tiempo en la fila para poder ingresar. Por si fuera poco el día no ayuda mucho pues está muy  cálido y sofocante, muy incómodo para poder disfrutar, pero aun así abordamos la aventura porque esa fue la decisión que habíamos tomado desde un principio sin importar que sentimiento nos provocara.
Al comenzar el juego sentimos una aceleración en nuestro corazón la cual no puede dejar de parar, miramos a los lados y no podemos dejar de sentir miedo, angustia o excitación, todo lo que se encuentra a nuestro alrededor desaparece.
El miedo es constante, no podemos dejar de respirar rápido, sentimos que el corazón se saldrá de nuestro pecho, incluso hasta sentimos que vamos a morir en esa montaña rusa, no podemos controlar nuestras emociones y sin poder movernos solo esperamos que la montaña rusa se detenga. Pedimos auxilio para poder detener esa tortura que no nos deja en paz, pero a pesar de eso no somos escuchados por nadie. Y a pesar de toda esa tortura y dolor conseguimos que nuestro vagón frene, ya que el viaje sólo duraría unos cuantos minutos, no era para siempre como lo pensábamos.
Y así es que nos damos cuenta que un ataque de ansiedad es muy similar a experimentar un muy mal paseo en  una montaña rusa, debido a que no tenemos idea de en qué momento nuestras emociones explotarán y se estabilizarán, tampoco cuando todo volverá a la normalidad, pero también algo es cierto, ni el viaje ni el ataque de ansiedad es para siempre.

La depresión, la oscuridad del alma
La depresión es un sentimiento de tristeza, melancolía y de infelicidad del cual nadie está a salvo, niños, jóvenes y adultos mayores están expuestos a padecerla, ésta provoca que las personas empiecen a perder interés en todas las cosas de la vida, como por ejemplo: relaciones afectivas (pareja, familia o amigos), desempeño en el trabajo, hobbies, entre otros.
La depresión es un estado de ánimo en el cual interfieren los problemas y la frustración de la vida diaria, mismos a los que les damos mucho valor hasta perder la paciencia.  
Es por eso que debemos acudir con un profesional para poder apoyarnos y tratar de evitar este tipo de problemas antes de que sea muy tarde, la mayoría de las personas hemos pasado por esto y sabemos que dejar pasar el tiempo sin buscar una solución es solamente dejar envolvernos en un mal que nos lastima fuertemente.
Nadie está libre de las garras de la depresión y la ansiedad
Ser una persona con problemas de ansiedad o depresión no significa ser una persona débil sino todo lo contrario, debido a que es un acumulo de situaciones negativas que suceden a lo largo de la vida y que han sido retenidas por no dejarse caer con tanta facilidad, así que eso termina definiéndose como fortaleza.
Debemos pensar si queremos que estos problemas afecten nuestra vida o que tanto queremos que lo hagan, ya que se derivan de una fuerte personalidad emocional que en algún momento llega a explotar y siendo ya muy tarde no los podemos controlar.
Todos estamos expuestos a esto, tal vez ya hemos experimentado una situación de este tipo o tal vez no pero somos seres humanos y por lo tanto debemos de sentir emociones, en algunas ocasiones es lo mejor que nos va a pasar en la vida y debemos aceptar nuestra naturaleza y no juzgar a nadie por sus problemas emocionales.
Si conoces a alguien que está atravesando por un mal momento, ¡apóyalo, motívalo y aliéntalo! Todos necesitamos sentirnos queridos, sentir que a alguien le importamos y sentir que no estamos solos.
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Redacción de Samantha Olivares para PorquenosemeocurrioFuente: Lamenteesmaravillosa
idea original: Raquel Aldana


Vía: www.porquenosemeocurrio.com
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